Esta semana el Consorcio ha homenajeado a 50 bomberos que se han jubilado en el último año. Medio centenar de efectivos orgullosos de su trabajo y que manifiestan que ser bombero “es más que un oficio”.

Tal como aseguró el presidente del Consorcio, Josep Bort, en el acto de homenaje, los bomberos que ahora se jubilan “son la generación que sabe trabajar en equipo, que empezó con medios precarios y que despacio ha ido construyendo el Consorcio”.

Tomás Pardo se ha jubilado en el parque de Gandia aunque empezó en el de Alzira. Él, junto a otros compañeros de la capital de la Ribera como Bernardo Mascarell, pertenecen a la generación de la Pantanada de Tous, aquellos bomberos que daban sus primeros pasos y no tenían casi medios para hacer frente a las consecuencias de aquel fatídico 20 de octubre de 1982. Aquel fue el primer servicio para muchos de ellos. Un bautismo de agua y no de fuego, como era de esperar. “No había mandos ni medios suficientes. Traíamos un mes como bomberos. Por suerte hoy todo ha evolucionado”, afirman. 

Pepe Cerezuela asegura que ser bombero “es muy especial. Es más que un oficio, es una vocación y creas unos lazos muy fuertes”.

Por su parte, Miguel Ángel Navarro, sargento del parque de Sagunto, recuerda los numerosos servicios de incendios de matorral y otros incendios por la gran cantidad de vertederos que había. “También teníamos muchos rescates por inundaciones”. Para Navarro los peores momentos son las intervenciones donde sabes que hay niños, bien en incendios de viviendas o accidentes de tráfico”.

Navarro lamenta que, después de haber tenido que acudir a numerosos accidentes en carretera, “siempre piensas que muchas de esas situaciones se podían haber evitado con prevención: sin beber al volante, descansando para no quedarse dormido, yendo a la velocidad adecuada…”

Jaime Frígola, del parque de Oliva, también destaca la evolución y como la seguridad se ha convertido en una prioridad. “Recuerdo que en uno de mis primeros servicios fui a Cullera a una apertura de vivienda de un edificio de 17 plantas y tuve que bajar con una cuerda por la fachada”.  

Al final, cuando le preguntes a un bombero con más de 30 años de experiencia a sus espaldas qué es el servicio que más le ha marcado la reacción es muy dispar. Unos no dudan a señalar un de concreto, otros son incapaces de seleccionar una de entre tantas y tantas emergencias. Pero todos se emocionan y  no albergan ninguna duda en qué ser bombero es más que un oficio.