La Dirección del Consorcio de Bomberos de Valencia lamenta profundamente las declaraciones efectuadas por algunos de los sindicatos de este servicio, y discrepa de las declaraciones efectuadas respecto a su valoración del incendio de Llutxent. Si bien es cierto que en materia de homogenización de los servicios de emergencia se puede avanzar, no lo es la crítica a la gestión de este incendio en concreto. Crítica hecha desde la perspectiva de actuaciones puntuales que nada tienen que ver ni se ajustan, a la realidad global de la gestión del incendio desde su Puesto de Mando donde, por cierto, no se les vio aparecer en ningún momento de la intervención.

La gestión de un gran incendio forestal es una de las tareas más complejas con las que un servicio de emergencias se debe enfrentar. En el caso del incendio de Llutxent, se dieron estos factores y otros muchos que no teniendo una incidencia directa sobre él también le afectaron de forma indirecta, como son los 11 incendios forestales simultáneos que se produjeron en la Provincia de Valencia como consecuencia de la tormenta “seca” registrada el día anterior.

La dirección de incendios forestales en la Comunidad Valenciana, viene determinada por el Plan Especial Frente al Riesgo de Incendios Forestales. En este plan se especifica desde cuáles son las misiones de cada uno de los intervinientes hasta las propias frecuencias y grupos de comunicación que se deben utilizar, tanto por el personal de tierra de las diferentes agencias involucradas, como por los propios medios aéreos. Todo el personal y en especial los mandos, están formados y familiarizados con estos procedimientos. En cualquier incendio forestal tanto a nivel nacional, como en otros países de nuestro entorno europeo e incluso USA, estos incidentes se enfocan bajo la perspectiva de multiagencias, es imposible que una sola agencia pueda dar respuesta a operativos que alcanzan, como fue en el de Llutxent, los 600 efectivos terrestres y 33 medios aéreos.

Las comunicaciones están aseguradas a través de la red COMDES de la Generalitat, una red que comparten todas las agencias de la Comunidad Valenciana y en especial los seis SPEIS, que asegura las comunicaciones con todas ellas y entre ellas. Es cierto que existen zonas obscuras en la cobertura, la cual alcanza el 99,8% del territorio de la Comunidad, pero esto se soluciona con estaciones repetidoras que se montan exprofeso en el lugar más adecuado dentro de la zona del incidente, y que toma un tiempo en establecer, unas dos horas aproximadamente.

Con respecto a las agencias procedentes de otras comunidades o de los medios del gobierno central, se distribuyen, a su incorporación al incendio, los terminales necesarios para que cada equipo esté comunicado con el Puesto de Mando. Cada bombero de guardia del Consorcio de Valencia dispone de su propio terminal, así como cada vehículo.

El Consorcio de Bomberos de Valencia, tiene encomendada la gestión de los incendios forestales en la Provincia de Valencia, desde esta encomienda y tan sólo haciendo mención a la parte de extinción de incendios, se es responsable tanto de la movilización de los recursos que se estiman necesarios para respuesta al incendio, como de la coordinación de todo el operativo durante las tareas de extinción. Para ello el consorcio cuenta con una unidad especial de incendios forestales compuesta por tres ingenieros forestales y 11 coordinadores, especialistas que han trabajado una media de 11 años como técnicos de brigadas helitransportadas o dirigiendo operativos de extinción de incendios forestales en su día a día. Son ellos, junto con los coordinadores de recursos y los oficiales de bomberos quienes toman las decisiones tácticas y de movilizaciones, los que disponen de la información y evalúan las necesidades, desde un punto de vista global de la emergencia y no parcial como puede ser la de cualquier miembro de una unidad de extinción asignado a una misión concreta, en un lugar específico.

Los primeros compases de este incendio, el lunes día 6, se determinan en una zona forestal de acceso inexistente, como consecuencia de un rayo. La zona es compleja y con posibilidades de rápida evolución por lo que se movilizan, en primera instancia, unidades forestales y sobre todo helicópteros con Brigadas de Bomberos Forestales helitransportados, con una capacidad de impacto sobre el incendio contundente. Sin embargo, el incendio adquiere gran violencia por las condiciones meteorológicas del momento y precisa de un mayor número de efectivos. Las bombas urbanas del Consorcio e incluso las forestales que se encontraban atendiendo otros incendios, no se movilizan en una primera instancia como fuerza de ataque a un lugar donde no tienen acceso.

Tras la noche del día 6, y habiendo evaluado la potencialidad de incendio, se decidió movilizar recursos de bomberos a la zona porque uno de los posibles escenarios analizados era la evolución del incendio a zonas urbanas, las cuales, en prevención, se desalojaron y pese a las pérdidas generadas en las viviendas, fue una de las decisiones más acertadas, como se comprobó durante la tarde-noche del martes día 7.

En la madrugada del martes 7, se movilizan, además, bombas forestales del Consorcio al incendio, las dotaciones de bomberos se pueden movilizar de forma instantánea con el personal de guardia, cosa que se hizo, y con posterioridad, si es necesario, se amplían, cosa que también se hizo.

Un episodio meteorológico de fuerte tormenta seca y rayos, se hace presente de forma casi sorpresiva sobre el incendio, esta situación trastoca todo el plan de operaciones establecido y en aproximadamente quince minutos, el incendio pasa a ser convectivo con un desarrollo agresivo que lo hacía imparable y desencadena durante la tarde-noche del 7, los episodios que todos conocemos. Técnicamente, ante una evolución de esa magnitud, ni dos, ni cuatro, ni seis bomberos podrían haber hecho frente a esta situación, y gracias a las decisiones adoptadas no hubo que lamentar ningún incidente no deseable.

El incendio, una vez establecido el Puesto de Mando estuvo dirigido por un oficial, un técnico forestal, dos coordinadores forestales, dos jefes de sector y un sargento de guardia frente a un colectivo de 600 personas en tierra y 33 medios aéreos.

Para finalizar, desde la Dirección Técnica se estima que se trabajó con celeridad, contundencia y profesionalidad, que las decisiones tácticas adoptadas e implementadas fueron las correctas, y que de no ser por el episodio de la tormenta no prevista del día 7 por la tarde, no estaríamos hablando de un incendio forestal de este alcance. Todo ello avalado por los numerosos mensajes de agradecimiento hacia nuestro trabajo, tanto de las agencias intervinientes, vecinos del lugar y responsables políticos de los diferentes ayuntamientos afectados, mensajes que obtuvimos también de forma directa por parte de la población y que plasmaron en su actitud cara al operativo de emergencias durante y después de las tareas de extinción.

Inspector en Cap del Cos de Bombers

José Miguel Basset Blesa